Las ‘Guerreras’ consiguen un triunfo vital ante Montenegro (26:27) en un partido de ensueño que terminaba con Alexandrina Cabral marcando sobre la bocina. España suma así cinco victorias de cinco posibles y pasará a la Main Round del Campeonato del Mundo con 4 puntos, lo que significa que la posibilidad de acceder a las semifinales es más que factible. La leonesa Mireya González fue elegida mejor jugadora del partido y, tras el mismo, quiso compartir con Playmaker su alegría más que evidente.
NAGORE ODRIOZOLA | Kumamoto, 6 de Diciembre 2019
Faltaba medio minuto para finalizar el encuentro en el estadio de Yatsushiro y atacaba España para poner el +2 en el marcador. Todo parecía hecho, aunque cuando se trata de balonmano jamás se puede dar absolutamente nada por garantizado. Regla de oro especialmente en este deporte. Las 'Guerreras’ perdían el balón y Montenegro se las arreglaba para crear una situación de lanzamiento más o menos clara para Jaukovic. La joven balcánica no fallaba y a España no le quedaba más que un suspiro para tratar de llevarse la victoria.
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Recuerdo hace cuatro años en Dinamarca cómo la francesa Alexandra Lacrabere fusilaba la portería de Silvia Navarro desde los 7 metros con el tiempo ya completo. Recuerdo a las 'Guerreras' quedarse fuera de aquel Mundial entre lágrimas y bandadas de frustración. Era, por así decirlo, mi primer Mundial y sí, la estampa me impactó bastante. Aún conservo aquella imagen en la retina, aquello que suponía la total y absoluta descripción gráfica de la rabia y la desolación. Al año siguiente, en Suecia, fue Allison Pineau quien firmaba aquel gol tan cruel e injusto en el último suspiro y, la temporada pasada, en el último campeonato continental, Lois Abbingh hacía lo propio clavando un obús desde los 9 metros.
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“Será un partido digno de ver en el que los fans disfrutarán mucho, seguro”, vaticinaba el jueves pasado la capitana de Montenegro, Jovanka Radicevic (7 goles en el día de hoy). “Sé que España está haciendo un buen juego en este Mundial, pero nosotras jugamos con cabeza y corazón, y esto es muy difícil de parar”, añadía. Es cierto. Montenegro tiene un espíritu envidiable a la hora de afrontar duelos de este calibre. Además de una calidad intachable, las balcánicas tienen un carácter que las hace crecerse hasta en los momentos más complicados. Su líder, Radicevic, es la cara y la voz de ese espíritu luchador e incansable. Es de esas jugadoras especiales que hacen falta y que cuando están sobre la pista, todo el mundo lo nota.
No se equivocaba en absoluto con sus presagios. Y es que, las dos mil personas que acudían hoy a Yatsushiro a presenciar semejante duelo de titanes, disfrutaron de lo lindo desde el pitido inicial. España y Montenegro ofrecieron un recital de acciones espectaculares durante sesenta minutos y, sobre todo, deleitaban al público con una lección magistral de no rendirse bajo ningún concepto. ¡Hasta en cuatro ocasiones llegó a darse la vuelta el marcador! Al inicio, fue Mireya González quien estrenaba el casillero español marcando dos veces consecutivas y, de esa manera, el juego de las Guerreras comenzaba a fluir. Tras aguantar la avalancha inicial a cargo de Montenegro, las españolas supieron gestionar la situación y terminar adelantándose en el marcador incluso con algo de tierra de por medio. “Cabeza y corazón”, en cambio, significa que no importa lo que digan los números sino que hay que continuar jugando con calma, inteligencia y creyendo en ti y en el equipo. Eso mismo es precisamente lo que hacían las montenegrinas, reaccionaban a tiempo y establecían las tablas antes de marcharse al vestuario.
En la reanudación parecía que eran ellas quienes más claras tenían las ideas y así conseguían endosar a las Guerreras un parcial de 5-1 en apenas ocho minutos. Volvían los nervios y la incertidumbre, pero el premio era demasiado goloso como para no seguir peleando y tratando de buscar soluciones costara lo que costase. Soluciones que llegaron en el tramo final bajo la firma de Cabral, Pena, Lopez y Navarro.
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Faltan seis segundos para el pitido final. Es el último ataque de España. Golpe franco a favor. Nerea Pena, quieta en 9 metros, mantiene la pelota elevada, esperando a que las hermanas Bonaventura le indiquen que puede sacar. Mira a Sandy Cabral. “Es la última que nos queda”, debía pensar. Se prepara Rajcic bajo palos. Las colegiadas pitan, Pena le da el balón a Cabral, esta se eleva al cielo de Yatsushiro, arma el brazo y bajo la atenta mirada de una defensa al borde de la desesperación, lanza un obús directo a la red. 26-27. Estalla el banquillo español, estalla la grada que celebra lo maravilloso que es el balonmano en su máximo esplendor y estallan las jugadoras sobre el campo que, sintiendo como el tiempo se muere, corren directamente hacia su área para celebrar que acaban de ganar el partido más importante de esta primera fase del Mundial.
Video: International Handball Federation
"Siempre con pies sobre la tierra, pero hay que disfrutar de las cosas buenas que ocurren", diría el técnico español Carlos Viver. Y es que son cuatro puntos que facilitan el camino a un sueño. España llega invicta a la Main Round pero no sólo en lo que a resultados se refiere, también llegan intratables en cuanto a madurez y alegría. "Cabeza y corazón". Y yo en estos momentos me acuerdo de Carmen Martín, la capitana, la principal cara y voz del espíritu de las 'Guerreras' que tanto ha calado en este magnífico grupo de jugadoras. Me acuerdo de todas y cada una de las que han ido y venido durante estos años, con más o menos acierto, más o menos oportunidades. De alguna manera todas han sumado su parte de trabajo para conseguir que hoy Lacrabere, Pineau, Abbingh… sean historia. Y yo sonrío porque siento que ya era hora de empezar a cambiar el relato.
Declaraciones de Mireya González tras el encuentro:
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